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La vida sigue

Foto del escritor: Mª Reyes Villegas TeránMª Reyes Villegas Terán

Actualizado: 20 nov 2024

Sigue el ruido sordo de la pelea constante entre fuerzas políticas. Continuan las publicaciones en redes sociales en las que unos y otros defienden a los que los representan. No paran las noticias sesgadas en la televisión pública, anunciando investigaciones por sospecha de que la muchedumbre, embarrada y con escobas, profese la extremaderecha. Ni con nuestros fallecidos aún en el lodo, este tipo de vida que centrifuga nuestro cerebro y nos ensordece, se detiene.


En silencio, hay alguien que le echa gasoil a su retroexcavadora, se hace unos cuantos kilómetros y se pone a quitar fango de las calles sin que nadie se lo pida, ni lo haya votado. Como este ejemplo, miles. Reconforta ver que la sociedad civil española abraza al pueblo valenciano y albaceteño como merece la situación. Espero que todo perdure en el tiempo, porque tardarán en recuperarse las diferentes formas de vida, como sigue pasando en La Palma.


La realidad, se avecina una ingente cantidad de trámites administrativos que el caos tiende a generar, como ya pasó en pandemia. Pensamos en los muchos compañeros de profesión que tienen sus oficinas en bajos comerciales, y que muy probablemente hayan perdido sus ordenadores y mobiliario. Los asesores y gestores tendemos a preocuparnos más por el cliente que por nosotros mismos, como pasó en época de confinamiento. Por eso, ayer nos pusimos a disposición de varios despachos profesionales de Alquás y Paiporta, para que nos trasladen, cuando puedan, en qué podemos echar una mano desde aquí.


Por último, y con la experiencia de cuatro años a las espaldas de todos los que estamos en el ámbito de la empresa privada, rogamos (más bien es un clamor), que la Administración, gobernada por otros que no son sino nuestros vecinos, se comporte. Que las ayudas se legislen con seguridad jurídica, teniendo claros los criterios y manteniéndolos en el tiempo. No se puede prometer ayudas al empresario, concederlas, y pedirlas de vuelta casi un lustro más tarde. Siempre se dice que las subvenciones son pan para hoy y hambre para mañana. Con que las llamemos desde un principio préstamos es suficiente. Así no sirven ni de campaña para unos ni de falsa zona de confort para otros.








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